Para llegar a ser buenos pastores y guardianes de ovejas, estos perros deben ser criados desde pequeños entre ovinos. Durante los primeros meses de vida, luego del destete, estos perros deben ser alimentados diariamente con la cantidad de alimento calculado para su edad y tamaño. Cuando adultos, durante el tiempo de formación e impronta de los pastores, se les acostumbra a entregarles alimento hasta una vez a la semana ya que el perro tiene la capacidad de volver a comer al lugar donde su dueño o encargado lleve la comida en el campo. Además de los cuidados veterinarios normales de cualquier animal doméstico, en la Patagonia los perros que pastorean deben ser desparasitados con frecuencia y chequeados para evitar contagios de parásitos comunes en ovinos.

Los perros pastores están acostumbrados a vivir al aire libre, recorrer cientos de hectáreas de campos, tomar agua de los ríos o bebederos junto con el ganado que estén cuidando. Son perros que deben recibir información clara y disciplinada, además de cariño de parte de sus dueños.